La intoxicación por bufotoxinas, compuestos tóxicos que producen ciertas especies de sapos como mecanismo de defensa, supone un riesgo potencial especialmente para perros, que por curiosidad o instinto pueden morder o lamer a estos animales. Aunque este tipo de intoxicación no es frecuente en España, conocer los síntomas y saber cómo actuar puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte de una mascota.
Este artículo proporciona información detallada sobre cómo reconocer y actuar ante una intoxicación por bufotoxinas, así como sobre las circunstancias en las que estas intoxicaciones suelen ocurrir con mayor frecuencia.
¿Qué son las bufotoxinas?
Las bufotoxinas son lactonas esteroides producidas principalmente por las glándulas parotoides y la piel de varias especies de sapos, pertenecientes al género Bufo. Estas toxinas se liberan cuando un sapo se siente amenazado y actúan como un poderoso mecanismo de defensa. Una vez que entran en contacto con la mucosa oral o gástrica, las toxinas se absorben rápidamente y pueden provocar una serie de síntomas graves en cuestión de minutos.
¿Cuándo son más susceptibles las mascotas a la intoxicación?
Los sapos son animales de hábitos nocturnos, por lo que se alimentan y son más activos durante la noche. Por esta razón, la mayoría de las intoxicaciones ocurren en las noches de verano y primavera, cuando los sapos están más expuestos y los perros pueden encontrarse más activos al aire libre. Esto también coincide con las temporadas en las que muchas personas realizan actividades al aire libre con sus mascotas, lo que aumenta el riesgo de contacto accidental. La intoxicación accidental ocurre cuando los perros, atraídos por el movimiento de los sapos o por simple curiosidad, los muerden o lamen, lo que provoca la liberación inmediata de bufotoxinas.
Signos clínicos y grados de intoxicación
Los signos clínicos de la intoxicación suelen manifestarse entre 15 y 30 minutos después de la exposición. Dependiendo de la cantidad de toxina absorbida, estos síntomas pueden variar en severidad:
- Leve: Irritación en la mucosa oral, aumento de la salivación.
- Moderado: A los síntomas anteriores se añaden depresión, debilidad, ataxia, irregularidad en el ritmo cardíaco, y a veces defecación o micción involuntarias.
- Severo: Además de los síntomas anteriores, el animal puede experimentar dolor abdominal, convulsiones, edema pulmonar, cianosis, disnea y, en casos extremos, la muerte.
Este conjunto de síntomas puede confundirse con otras intoxicaciones, como las causadas por metaldehído o insecticidas, por lo que el diagnóstico preciso es crucial.
¿Qué hacer en caso de sospecha de intoxicación?
En caso de que sospeche que su perro ha estado en contacto con un sapo, es importante actuar de inmediato:
- Lavar la boca del animal: Se recomienda enjuagar la boca del perro con abundante agua durante al menos 10-15 minutos. Es fundamental que el animal no trague el agua para evitar la absorción de las toxinas por el sistema digestivo.
- Acudir al veterinario rápidamente: La intoxicación por bufotoxinas es una emergencia y el tratamiento temprano es esencial para reducir los efectos del veneno y mejorar el pronóstico.
¿Cuándo realizar un análisis toxicológico?
La confirmación de una intoxicación por bufotoxinas puede lograrse mediante un análisis toxicológico, que resulta fundamental en situaciones donde los síntomas no son concluyentes o cuando es difícil diferenciar esta intoxicación de otras similares. En AMSvet contamos con un panel de diagnóstico que permite identificar específicamente las bufotoxinas en el organismo del animal, lo que facilita un tratamiento más preciso. Es recomendable realizar el análisis en los siguientes casos:
- Síntomas graves o persistentes: Cuando los signos clínicos persisten o empeoran, y el veterinario considera que pueden estar involucradas toxinas específicas.
- Confirmación diagnóstica en clínicas: Los veterinarios pueden optar por el análisis para confirmar la intoxicación y diferenciarla de otras causas con síntomas similares.
Tratamiento en clínica veterinaria
No existe un antídoto específico para las bufotoxinas, por lo que el tratamiento en clínica se orienta a minimizar la absorción de la toxina y a controlar los síntomas clínicos. Los pasos a seguir incluyen:
- Descontaminación: Se puede administrar carbón activado en múltiples dosis para reducir la absorción de la toxina en el sistema gastrointestinal.
- Control de convulsiones: El uso de diazepam o barbitúricos es efectivo para controlar los episodios convulsivos.
- Fluidoterapia intravenosa: Esto ayuda a mantener la hidratación y a eliminar más rápidamente las toxinas del cuerpo.
- Soporte cardíaco y respiratorio: Para la bradicardia (ritmo cardíaco lento), se administra atropina, mientras que para la taquicardia se emplean beta-agonistas. Si hay cianosis o disnea, puede ser necesario el suministro de oxígeno o incluso la ventilación mecánica.
Conclusión
La intoxicación por bufotoxinas es un riesgo real para las mascotas, especialmente para los perros, que suelen explorar su entorno con curiosidad. La identificación temprana de los signos clínicos y el tratamiento rápido son fundamentales para mejorar las posibilidades de recuperación. En AMSvet, ofrecemos servicios de diagnóstico toxicológico especializados que permiten la identificación precisa de bufotoxinas y otras toxinas.